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Esto te lo escribo a toro pasao’, como se suele decir en mi barrio. Así, como dato curioso, para poder hacerle jaque mate a tu cuñao’ y que no te diga “majete, que tienes que leer más”. Pero no. Lo tienes ahora. Porque, aunque sea un dato curioso, lo importante de lo que te cuento aquí no es el dato en sí, sino lo que esconde detrás. Enn 1907, a Adolph (no… no es Hitler, no te preocueps) Ochs, el propietario del NY Times, se le ocurrió una nueva atracción para celebrar el año nuevo. Esto después de que el tío, desde 1904 se liase finn de año tirando fuegos artificiales y petardos. Se ve que esto de los petardos los tíos lo llevamos en el ADN primitivo y nos encanta que las cosas exploten y salgan por los aires. Es extremadamente divertido y reconfortante. Adolfo se inventó al Bola de Año Nuevo que conocemos a día de hoy. Es decir, tiene el invento casi 120 años. Y se ha perfeccionado desde entonces. Normal, teniendo en la palma de tu mano un aparato que te puede solucionar casi cualquier problema, es extraño que una bola que baje a modo de temporizador te fascine. Pero atiende, porque de esto es de las cosas que debes aprender y observar para entender cómo funciona el mundo. Porque cuando entiendes el funcionamiennto de las cosas, entiendes el funcionamiento de esta gran maquinaria que llamamos mundo. Pero la enmarco para que quede bonita. Imagina el complejo funcionamiento de esto (y permíteme esta redacción más literaria): Suspendida en lo alto del edificio One Times Square, la esfera geodésica, con sus 3 metros y medio de diámetro y un peso imponente de más de 5 toneladas, se erige como un faro de luz. Su superficie, un mosaico de 2.688 triángulos de cristal Waterford, refleja las luces de la ciudad, creando destellos que bailan en la noche. Las 32.256 luces LED que la adornan permiten una sinfonía cromática, capaz de desplegar una paleta de 16 millones de colores, tejiendo patrones que hipnotizan a los allí presentes. A las 11:59 PM del 31 de diciembre, cuando el reloj marca el preludio del nuevo año, la bola inicia su descenso. Guiada por un mástil de más de 21 metros, desciende con una precisión coreografiada, recorriendo su trayecto en exactamente 60 segundos. Un motor, sincronizado con una señal horaria oficial, orquesta este movimiento, asegurando que la esfera llegue a su destino justo al filo de la medianoche permitiendo a los presentes cantar a coro el “Feliz año!” característico del momento. Retoma la frase que te dejé antes, la que te puse bonita entre líneas, ahí encuadrada. Si entiendes esto, estás más cerca de entender el funcionamiento de los elementos que componen el mundo y de los objetivos que te hayas marcado. Mientras tanto, puedes consultar los elementos básicos de un sistema aquí: _______ P.D.: Si te ha gustado este mail compártelo con un amigo. P.D.2: Si te han reenviado este mail y quieres recibir más como este puedes suscribirte en calderoncorrales.com |
Todos los días comparto contigo una idea que me ayuda en mis proyectos y desarrollo personal.
Te voy a extraditar de esta lista. Eso no es problema para ti. De hecho, es algo beneficioso. Antes usaba una plataforma para enviarte estos mails. Ahora voy a usar otra. Solo notarás el cambio en dos cosas. El formato del mail que recibirás no será el mismo. Si te pierdes algún mail o lo borras sin querer lo podrás consultar en esta plataforma Seguirás pudiendo responder a mis mails y podrás interactuar conmigo también a través de la plataforma si tienes la aplicación. El cambio está...
En serio. Esto ya no es normal. Ahora sí estoy empezando a plantearme también poner la newsletter de pago, porque estas cosas que te traigo son espectaculares. O a lo mejor soy solo yo el friki al que esto le fascina y precisamente por eso lo escribo yo y no tú. Pero bueno, supongo que si estás ahí al otro lado, estas cosas que te comparto, como mínimo te parecen curiosas. Vamos a ello. Los aztecas. Tiene que ser una civilización que te suene. Al menos de alguna película. Bien. Pues esta...
Oye, perdona, no quiero ser grosero, pero tengo poco tiempo hoy para escribir esto. Solo pasaba por aquí para contarte una anécdota muy curiosa que tiene que ver con la velocidad a la que trabaja tu cerebro y la relación que tiene con los sistemas. Resulta que tu cerebro tiene una capacidad de procesamiento de 10 bits por segundo. “¿10 bits? Raúl te has tenido que equivocar, será 10 Terabytes” No, no, 10 Bits, tal como te lodigo. Además, es que no lo digo yo, lo dice el Instituto de...